domingo, 8 de noviembre de 2009

Una Universidad Pública Bien Power


El día de ayer leí en la columna de nuestro amigo Aldo Mariátegui acerca de un informe de Ciudadanos al Día que señala un aumento sustancial del presupuesto asignado a las universidades, un 75% desde el 2005. Aldo empieza con una recomendación sana y cuerda a los estudiantes que reclaman por más prespuestos a la universidades públicas: examinar cómo se gastan los fondos obtenidos por el Estado. Sin embargo, usa el dato equivocado para dar tal sugerencia:

Veo a los chicos marchando por más presupuesto para San Marcos cuando lo primero que deberían es examinar cómo se están gastando los poco más de US$100 millones un montón de plata- que ese claustro va a recibir este año del Estado. Porque estos chicos deberían saber -y apreciar- que los presupuestos para las universidades públicas han subido ¡75%! desde el 2005.

Incorrecto. San Marcos no recibe 301 millones de soles del Estado. Sólo el 51% aproximadamente proviene del Estado (ver el dato de Ciudadanos al día), a esto se le llama recursos ordinarios; el resto viene de recursos propios y otros ingresos. Revisando la web de Transparencia de San Marcos se ve claramente que esta universidad recibe S/. 162,928,285 del dinero de todos los peruanos, más o menos el 51% del presupuesto total que maneja, que es otra cosa. Y efectivamente, debemos reconocer que tal ingreso del Estado ha aumentado, pero no de la forma grandiosa que aparenta ser.

Otro tema a considerar y que ni Aldo ni Ciudadanos al Día han mencionado es que el número de universidades públicas también ha crecido por lo que el "aumento" de presupuesto se reduce para cada casa de estudios. Tal vez la aparición de nuevas universidades públicas no sea mayor a la de las universidades privadas pero es preocupante que no se hayan definido estándares de calidad como política de Estado. De esta forma la creación de una nueva universidad no tiene sentido y colabora más al deterioro de la enseñanza universitaria que prioriza la cantidad antes que la calidad.

Aldo, como cualquier derechista (o izquierdista) que lanza piedras sobre el terreno pero no construye nada, da la receta del éxito:

¿Por qué no exigen auditorías? ¿Por qué no exigen que las autoridades sean más exigentes con los catedráticos que contratan para que les den una mejor educación? ¿Y cuántos alumnos solventes estudian gratis? ¿Por qué no exigen que gente capaz como Hernando de Soto sea su rector? ¿Por qué el 70% va a gasto corriente? Marchen por eso.

Felizmente, habiendo sido miembro accesitario del tercio de estudiantil de mi facultad, puedo dar mi modesta opinión y rebatir lo que dice, ya que -como le encanta escribir el término- soy del core business de la Universidad Pública, ya en mi etapa de egresado y sin ningún vínculo laboral con ella.

Auditorías

¿A quién llamamos, Aldo? ¿A Ernst & Young o KMPG? La estructura legal de la universidad ya cuenta con órganos de control interno, que lamentablemente no son confiables. Pedir una auditoría externa involucra la necesidad de una protesta de gran magnitud, la última de éstas, para el caso de la UNI, fue en 2004 donde la ANR -asociación que debería desaparecer por ser un club de rectores con intereses propios- tuvo la pelota para intervenir la Universidad, pero no se encontraron argumentos legales para demostrar los malos manejos que existían en la Universidad. Hablar de esa huelga es todo un tema, una mezcla de buenas y malas intenciones que algún día postearé.

Catedráticos

¿Que no exigimos mejores catedráticos a las autoridades? ¡Pero hasta les rogamos que hagan eso! El asunto aquí es que las autoridades tienen grupos de poder enormes y el ingreso de un nuevo profesor significa para ellos el ingreso de un nuevo socio. En mi facultad hemos tratado de contratar profesores capaces pero simplemente las autoridades se oponían con excusas ridículas e incluso aprobando con notas perfectas las charlas magistrales de sus apadrinados aspirantes (uno le puso 20 a un mediocre que no sabía nada del tema).

Para este tema, yo estoy de acuerdo con que se debe flexibilizar el tema de estabilidad laboral del catedrático. Una universidad no es una casa de por vida para el profesor, y éste debe dar buenos resultados, ya sea por el nivel de enseñanza o por producción científica en labores de investigación. ¡Urge meritocracia en la Universidad Pública! En la UNI existen varios profesores principales que ya se enquistaron en el poder, muchos de ellos tienen cualidades académicas pero en gestión andan perdidos.

Gratuidad de la Enseñanza

Es un tema tabú entre los estudiantes. Particularmente yo sí estoy de acuerdo en que un estudiante no debe exceder de desaprobar 3 veces el mismo curso. Los estudiantes deberían apreciar que si la universidad gasta aproximadamente 640 soles mensuales por él, con un año académico que contiene 8 meses, entonces el estudiante le debe a la universidad 25 mil 600 soles por recibir educación superior que puede ser retribuida a la sociedad como profesional o investigador. Excederse abusivamente de este tiempo regular de 5 años debería perturbarle la conciencia en términos financieros (se entiende a los que piden licencia por asuntos personales). El uso de escalas podría aplicarse pero creo que deberíamos empezar en poner las cosas en claro en lo primero que he mencionado y revisar ese mito de la "Gratuidad de Enseñanza", que yo lo veo más como un "Subsidio de la Enseñanza".

Autoridades

Las actuales características estructurales del poder en las universidades hacen que la dirección de la universidad se manejen por intereses de los profesores más antiguos, pareciese que a pesar de que existan Tercios Universitarios, resulta inútil:

1) Voto Universal y periodo rectoral de 4 años: Esto es, que los alumnos a partir del 3er ciclo puedan decidir voluntariamente (nada de obligar) quién debe dirigir la universidad. Esto legitima la acción del Rector y agiliza su acción teniendo 4 años para hacer cambios. Ni que fuéramos un país para tener periodos tan largos para un gobierno.

2) Junta Directiva Honoraria (digámosla así): Desconfío un poco de esto, porque si bien se puede nombrar a un Hernando de Soto, como menciona Aldo, se puede también nombrar a un títere del poder gubernamental y hacer desfalcos alucinantes o a alguien que no haga nada y se queje siempre del Estado, como Favre.

Legislación y Procedimientos Internos

Esto es lo más asqueroso de la Universida Pública y que permite tantas criolladas en nuestras casas de estudio:

1) Los procedimientos administrativos son engorrosos. Para sacar mi bachiller pasaron como 6 meses desde que egresé, y ahora que tengo que tramitar mi título ¡tengo que solicitar los mismos documentos que ya había solicitado en el procedimiento anterior! ¡Qué estupidez!

2) Las unidades de negocio encuentran restricciones en adquisición. Ninguna de ellas alcanza la misma operatividad que un negocio privado. Si una unidad de negocio de la universidad quiere mejorar tus servicios y renovar la infraestructura, tiene que presupuestar para el periodo en que se habiliten las compras en toooooda la universidad, aunque usted no lo crea.

En fin, si queremos cambios sustanciales, el Estado debe comprometerse en hacer una Reforma Universitaria que le de la agilidad necesaria para que la Universidad Pública cuente con autoridades, docentes e infraestructura de primer nivel. Repensar el tema del derecho a la educación para evitar populismos en algunos sectores estudiantiles; eliminar la Asociación Nacional de Rectores y cambiarla por un Consejo Nacional de la Educación Superior, que sea autónomo de intereses particulares; exigir a las universidades la asignación del 10% de su presupuesto a investigación (o que sea necesariamente gradual, pero que se haga). Todo esto requiere de diálogo, harto trabajo pero, sobre todo, de compromiso desde nuestros gobernantes. ¿Cómo va nuestro congresista Rafael Vásquez en estos temas? ¿Por qué la sociedad no está informada?

Ya pues, Aldo. tú que eres amigo de varios políticos, aporta con tu granito de arena y ya no tires piedras.