[Así suele pasar. La ingeniería suele no llevarse bien con la literatura en cuestión de dedicación. Despúes de meses que regresa la sección del "Ojo Rojo". Y es que me conseguí (y disfrutando) la versión pirata -llámese generosa copia en formato digital- de "Un Viaje a la Lengua del Puercoespín" de Óscar Limache, otro señor que nunca cuenta lo que verdaderamente es: sólamente dijo que tenía un programa sobre Literatura y nada más, jamás nos contó sobre La Habana (y que era poeta). La única anécdota escolar que tuvimos de él fue que "había sido profesor de Clímaco Basombrío", ¡oh!
Probablemente muchas generaciones Trilce lo recuerden por su excelente nivel como profesor y el grado de amistad alumno-profesor logrado en cada año escolar. A continuación un poema de muestra.]
Probablemente muchas generaciones Trilce lo recuerden por su excelente nivel como profesor y el grado de amistad alumno-profesor logrado en cada año escolar. A continuación un poema de muestra.]
Caná
Jesús
no te cortes la barba
se te ve muy bien así
le había dicho su madre
y Él frente al espejo
había guardado la brocha y la navaja
Todos soltamos la carcajada
cuando terminó de contarnos la historia
y nos servimos más vino y otro poco de cordero
(María bailaba marinera con uno de los padrinos)
Nos gustaba oírle cuando hablaba
más aún si estábamos con tragos
Volvió a decirnos el cuento del pastor
o fue quizá el del sembrador
no me acuerdo muy bien
(habíamos bebido demasiado)
El vino pronto se acabó y sin embargo
aparecieron no sé cómo ni de dónde
veinte tinajas del mejor tinto de Surco
e hicimos un brindis
por la felicidad de los novios
Cuando el festejo hubo acabado
con los mantos sucios por la comida y el polvo de Galilea
ebrios de alegría y atiborrados de historias
nos pusimos junto a Él
para la foto del recuerdo
(ayudado por Juan el de los libros
tras el lente Buñuel nos recordaba
que había sido en medio de una fiesta
cuando a Él se le ocurrió el primer milagro)