sábado, 18 de agosto de 2007

Entre Réplicas y Reflexiones

Escribo en la madrugada, notando que es sábado y ya no miércoles. He decidido escribir después de que todo pase; en el momento en que los números siniestros se detengan. Ya lo están. Pueden mirar las noticias que aquí no vale la pena ponerlo y no sería muy exacto.

Hace doce horas, cuando era viernes, me enteré que tenía también familia en Pisco. Me enteré que su casa se cayó a la mitad; me enteré también que la familia de un compañero de la universidad corrió la misma suerte.

La curiosidad me distrajo por dos horas con debates entre triboluminiscencias y chispazos eléctricos, entre saturaciones de redes celulares e inhabilitaciones de seguridad. Las horas siguientes, hasta el momento en el cual escribo este post, fueron ocupadas por un evento mucho más extraño, una distracción inevitable; algo sucedía con Lima: Solidaridad.

Me quedé sorprendido porque en mi “querida” ciudad suelo ver de todo menos buenas intenciones colectivas. Es bien sabido - las cosas de esta vida – que las personas que menos tiene son las que más dan. Naturalmente siempre lo decimos pero no hacemos nada al respecto. Ahora sí. Todos en las calles, colas y colas de gente de distintos puntos de Lima acudiendo a los puestos de ayuda para los heridos y damnificados del terremoto. Se rompió mi modelo mental, cagado. Lima está enferma de solidaridad y eso me contenta.

Todo el Perú está colaborando con los hermanos de Ica, Pisco y Cañete que son los lugares más afectados. Estoy seguro que hay otras zonas que tal vez no ha sido reportadas por cuestiones geográficas y de cobertura. Me preocupa seriamente la mala distribución de las donaciones; esto genera descontento y desesperación entre los pobladores del lugar, provoca el pillaje y el caos. Es evidente que el sistema logístico de donaciones no está funcionando bien.

Transmitamos tranquilidad y generosidad; es urgente enviar alimentos no perecibles, agua ropas, carpas, utensilios y más. No nos tocó lo peor y por eso hay que estar agradecidos y ayudar a nuestros hermanos en desgracia. Me doy cuenta que tres días ya pasaron; mañana es domingo, y queda mucho por hacer.

Dicen que el Perú es más grande que sus problemas. ¡Ánimo, Perú!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

:)

zub dijo...

sabes cual es el motivo, mi estimado zaj, de tanta solidaridad? la verdad que pocas veces fue vista esa clase de solidaridad en Lima para con alguna provincia afectada por algun desastre (si habia solidaridad pero no a este nivel).
Se debe a q aca en Lima, lo sentimos. Como nunca antes sentimos el terremoto aca como si fuese propio, sentimos los 7.9 grados como si hubiera sido aca al frente de San Lorenzo y cuando llegaban las noticias de la destruccion de las ciudades del sur chico pues nos toco en el corazon y libero toda la ayuda que podiamos ofrecer. Esa es la razon.