(Disclaimer: I finally decided to write this post in Spanish but I'll try English and French later).
Regresé a Lima el año pasado, después de Navidad. Ha pasado más de un mes de retorno a la vida limeña y he sentido que es momento de retomar este blog tan abandonado. Después de analizarme como viajero, definitivamente creo que soy de aquellos a quienes les gusta moverse de un lugar a otro con pocos trazos públicos. Una foto de la ciudad donde me toque estar, subirla a Internet con un pequeño comentario y ya está. Amo disfrutar las ciudades al máximo, grabar cada imagen en mi memoria antes que en la de mi celular. Descubrí que lo desconocido se disfruta mejor sin gente conocida como compañía. Esa es, pues, la principal razón de esta breve separación entre blogger y blog: un largo romance turista estaba de por medio.
Es cada imagen, sonido y sabor que ahora tengo en mi memoria la que me motiva a sentarme a escribir sobre las experiencias vividas en Europa. Aportaré alguna que otra foto tomada por mi Galaxy Nexus para ilustrar un poco lo que se contará en estos posts. Ver para creer, dicen.
Diarios de Ryanair
— Veo que te estás integrando bastante.
— Se hace lo que se puede. Finalmente, estoy en Europa.
— ¿Qué tal el francés?
— Afinando, equivocándome y corrigiendo. No es lo mismo que en la Alianza Francesa.
— Tú siempre paras viajando.
— Posiblemente me quede poco tiempo. Uno nunca sabe.
Todavía recuerdo
el primer día de mi llegada al aeropuerto Charles de Gaulle, y siento como si fuera ayer. Debo decir que luego me enamoré de Aix-en-Provence (¿o ya lo dije antes?) pues cada detalle de la ciudad me cautivó. Arquitectura, orden, cercanía a la playa y la naturaleza, y buen ambiente nocturno, serían lo más rescatable sería los elementos rescatables. El permanente contacto con personas de diversas nacionalidades fue otro punto muy valioso para mí. Los becarios Erasmus, no pocos franceses buena onda y el
peruvian crew son el menú indicado para esa aspiración de "hogar fuera tu hogar".
No faltarían los muy necesarios viajes alrededor del espacio Schengen que hacen que valga la pena vivir al otro lado del charco. Ya sea tomando vuelos low cost, reservando un asiento de covoiturage o montándose en un TGV, siempre había una ciudad a la cual visitar. Una mención más que honrosa para los mochileros que siempre me ofrecieron sus casas para dormir, acompañarme a conocer las calles o, en sentido inverso, visitarme para cumplir la ley de reciprocidad.
Meses después, finalizados mis estudios, iría a vivir a París. La altiva y glamorosa ciudad me recibió entre sus calles de nuevo. Con inicios duros, pude domarla y jugar con ella. La vida también me puso buenos compañeros: mis adorables colocatrices, los interesantísimos couchsurfers y los siempre motivados chicos Erasmus me dejaron el mejor recuerdo de una capital que no suele perdonar a foráneos. ¿Por qué no decirlo? También me enamoré de París.
— Siempre viajas.
— Es que me queda poco tiempo.
— ¿Estás contento por regresar a Perú?
— Sí y no.
— ¿Estás triste por volver a Perú?
— No y sí.
El retorno
— ¿Y por cuánto tiempo te quedas en Lima?
— Vine para quedarme.
Es la pregunta más frecuente que deben hacerme mentalmente cuando me reencuentro con amigos en Lima o cuando me despedí de amigos en Francia. Es fácil responder aunque complejo explicar: fácil porque la razón fundamental está en
este post anterior; complejo porque obviamente hay otros factores que también influyen en nuestras decisiones iniciales o finales. Y claro, si les cuento todas mis motivaciones ya no hay chiste.
Back to the future
— ¿Qué tal el regreso? ¿Te está chocando mucho?
— Me chocará dentro de algunos meses.
Podría decirse que el verano es la mejor época para regresar a Lima. Después de salir el aeropuerto, fui directamente a una pollería y pedí un Pisco Sour como bebida para acompañar. Dos salidas a la playa, en el sur de Lima, fueron vitales para pretender que Cassis o Saint-Tropez nunca existieron. Reencontrarme con familia y amigos ha sido realmente grato: reutilizar jergas, bromas, ironías, y contar anécdotas.
¿Y el blog?
Conversaba con una amiga blogger y ésta me preguntó sobre qué trataba mi blog. Le conté que inició siendo algo bien personal y variado y terminó dando consejos de cómo irse a Francia. El camino que seguirá el blog será una mezcla de ambos. No me apetece escribir tanto de política o música como lo hacía antes, ni tanto de viajes porque no encajo en ese perfil como lo expliqué al inicio. Lo he retomado y punto. Ustedes verán la evolución (¿o involución?) de este medio con los contenidos que se me ocurrirán poner. Escribiré en otros idiomas para mantener el cerebro trabajando múltiples ligas, eso sí.
Ahora sí, siendo las 12:55 A.M., me retiro a dormir.